sábado, 17 de julio de 2010

Resucita, compañero del alma

Dijo: «¡No te mueras, no, respira, aguanta!» y dio golpes en su pecho. Sus intentos de reanimar eran en vano: el cuaderno estaba medio muerto.


Jorge Andreu
A mis amigos de la Generación del Ocho.
¡A ver si llenamos de una vez las páginas de este cuaderno!