lunes, 22 de noviembre de 2010

París, 21 de Noviembre del año 2010

Vapor de sueño. Una nube de irrealidad que envuelve, acaricia lentamente y envenena sin gemidos, sin violencia, como el trazo de un olor que atravesara de repente los cristales de esta casa, de los ojos, de la vida; y que se hiciera, por la fuerza, con el aire enrarecido de las calles de ahí fuera, y con aquel que lo palpa, ronroneando en las entrañas, extrañado, porque siempre imaginó un son distinto en las esquinas nebulosas, porque todos y cada uno de los sueños anteriores permitieron un lugar para la duda, para lo ambiguo. Y no fueron tan reales como éste.

París: Vapor o cadena interminable de alucinaciones. Aura subrepticia de lo imaginado. Horas. Páginas. Sucesión apabullante de eslabones fotográficos, uno tras otro, corriendo ante los ojos como un álbum de recuerdos inciertos.
Icono, símbolo, corriente, influencia, esbozo tosco en los apuntes saturados: el germen, cimiento, principio y causa de las cosas, acotación obligatoria en los suburbios de la hoja ...Bastilla ...guillotina ...ajenjo ...flor del mal. Libro de Historia, libro de Arte. Inherencia. Crucial inherencia.

Hoy, sentado en la escalera, busca el visitante nocturno a Crucial Baudelaire, a Inherente Lautrec, y no los ve, no los intuye en el tiempo remoto, pero como en la sustancia de los sueños, de uno más de aquellos sueños y glosas académicas, a ambos huele alucinado, sí, y los percibe en la vigilia, esta vez con un billete de avión, allí, tras el bolsillo trasero de la hipotética maleta.






Alberto Cancio García

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Papel cayendo en un charco mientras su dueño trata de cazarlo, con otra inquietud de la existencia

Se me ha mojado el pánico al mirarlo:
era rojo, viajaba entre las gotas,
la lluvia lo empujaba al infinito
luchando contra un puño desgastado.
Cayó en un charco, verde como el sol
cuando cubre su cara del otoño.
Dos ondas emergieron de su cuerpo,
dos piernas retomaron su trayecto.

Un niño se detuvo a ver el charco,
y con su inocente imaginación
creyó entender la vida de los barcos.


Jorge Andreu
17 de noviembre de 2010



sábado, 13 de noviembre de 2010

Esperanza

Hoy quiero parar el tiempo,
quiero estar tranquilo.
Hoy no miraré el reloj,
hoy no viviré el pasado.

Me siento en un parque
y miro a todos lados
mientras que en un litro
ahogo todo mi futuro.

Hoy sólo quiero solaz,
sólo viviré el presente.
Hoy sólo pienso en mi,
da igual el resto de la gente.

No es que sea egoísta,
es que estoy un tanto harto.
Sólo quiero sosegarme.
Quiero controlar mis trazos...

jueves, 11 de noviembre de 2010

El limbo

Hoy escuché decir a alguien que la iglesia ha declarado que ya nadie va al limbo. Es una pena que un sitio tan grande esté desaprovechado. Podrían dejar el lugar para organizar conciertos o eventos similares. Sé que es una idea utópica. Al final, pondrán un Carrefour o un hotel con vistas a la nada. Ya no se valora el arte...

Abraham Quirós Villalba

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Coda melancólica

Se manchan los papeles sin decir
la música que suena en mis entrañas.
Parece todo un sueño:
irreal como un boceto, imaginario
como una fantasía de nostalgia,
transparente como el cristal que ahora
del mundo y los sentidos me separa.

Podría lanzar gritos
de dolor, pero no me duele nada.

Tengo una enfermedad tan incurable
que ni la tinta puede ya
nombrarla.

¡Maldita seas, poesía,
si en una noche triste, como tantas,
me miras desde lejos
y guardas tras el humo tu mirada!


Jorge Andreu
10 de noviembre de 2010
Con estos versos firmo el final
de mi primer cuaderno Paperblanks,
herido como Mozart.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Pecado Original

Me ahogo porque de vez cuando,
como me gusta tan poco este lugar,
intento averiguar
cuánto tiempo puedo estar sin respirar.


Vivíamos en un piso pequeño que se parecía al paraíso, siempre había serpientes dándole forma a las esquinas, y manzanas rompiendo los cristales para que entrase el calor del verano abrasador de agosto.
Eva Te.
Eva Te pide disculpas por repetir el
fragmento inicial. Gracias.

¡Vúrro!

Al volver de la facultad he visto una pintada que pone "Soy feliz bendiendo cocaina". Ahora tengo miedo. El equilibrio de las tildes y las b/v se ha roto y me veo obligado a arreglarlo para que no tengamos que entrar en un conflicto. Lo siento por vuestros ojos, pero el universo lo necesita si no queremos que se convierta en un caos gramatical... ¡Vúrro!

sábado, 6 de noviembre de 2010

Haiku culinario (un inocente jugo de palabras)

El verbo se hizo carne
y con tu salsa brava
hicimos estofado de sintaxis.

Jorge Andreu
6 de noviembre de 2010

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Retrato de una Generación aún no tan madura

Aún no somos tan maduros como nuestros allegados quieren pensar. Somos veinteañeros con muchos sueños a nuestras espaldas y muchas ilusiones que cumplir. Una de las mías era gozar de la ya disfrutada oportunidad de conocer a Luis Landero, compartir unas palabras con él y pedirle una firma de mi novela favorita, que, desde mi descubrimiento gracias a nuestra buena amiga Nieves Vázquez, ha vivido ya cinco lecturas, tres de las cuales han sido mías, tan disfrutadas como la primera. El pasado jueves, en el transcurso del Congreso de la Fundación Caballero Bonald, vimos cumplido uno de nuestros sueños.

La temática del congreso era “Enseñar la literatura”. Don Emilio Lledó, que cerró la última sesión con una hora inolvidable, se situó en el “la”. Nosotros nos quedaremos en la “literatura” como buenos amantes de la Madre Letra, porque en el “Enseñar” pondría, en un pedestal, la historia de Luis Landero, quien nos deleitó con el recuerdo de cómo se acercó a la literatura. Nosotros, que también hemos sido adolescentes «poco o nada recomendables» —tal como se autodefinió el escritor—, queremos compartir con vosotros la emoción de una instantánea que guardo como un tesoro. Gracias, Luis, por hacernos sentir igual que Faroni y dejar que maduremos el retrato de este blog con el sabor añejo de alguien que llegó a la literatura para quedarse, y que esperamos siga así durante muchos años.


(De izquierda a derecha: Jorge, Alberto, Abraham, don Luis, Sara y Amelia)

Tenemos, con este, dos recuerdos en fotografías de personalidades literarias, más una dedicatoria de Josefa Parra en su Tratado de cicatrices, aunque guardamos fotos con más. Esperamos que la colección vaya en aumento.

Jorge Andreu

lunes, 1 de noviembre de 2010

¡Soporífero!

Un auténtico coñazo.

Una nube soporífera y
una voz que te acaricia
- más bien toca-
las gonadas.

Un trompo en el oído
o
una estufa en invierno.
Quiero decir que me duermo,
aunque preferiría -con creces- estar dormido.

(Y las malditas manecillas de este reloj no se mueven...)

A unas buenas,
es como un lanzallamas que te derrite el cerebro
e intenta amoldarlo a su gusto.

Damn it!

Es como una anestesia general
que habla de homosexualidad,
de poesía de poetas.

(Y si logra atraparte...)

Aburre a Sanchez Dragó,
hace llorar a cualquiera.
Quiero decir que tengo sueño
y no me deja dormir este ruido.

Es, simplemente,
un somnífero doctorado
por vía auditiva...


Abraham Quirós Villalba,
aguantando el tirón