Dijo: «¡No te mueras, no, respira, aguanta!» y dio golpes en su pecho. Sus intentos de reanimar eran en vano: el cuaderno estaba medio muerto.
Jorge Andreu
A mis amigos de la Generación del Ocho.
¡A ver si llenamos de una vez las páginas de este cuaderno!
Eso! a ver si las llenais! =)
ResponderEliminarDormimos profundamente?
ResponderEliminar¡Vato! (es una manera de decir amigo en mi Norte querido) tus poemas me han atrapado de principio a final, la forma en que armas las formas y las entregas, no es necesario que agregues palabras adicionales, estan perfectos... Sigue escribiendo, pasaré por aqui seguido, de la manera mas atenta te invito a pasar por mi blog.
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