Conozco cuanto habita el dormitorio de tu alma,
porque yo me dormí en él, y te soñé, y tú me oíste;
e hicimos de tu espejo un álbum lleno de recuerdos;
y luego, de repente, te besé mientras meabas.
Conozco muchas cosas de tu alma, ¡ya lo creo!,
porque yo me dormí en él, y te soñé, y tú me oíste;
e hicimos de tu espejo un álbum lleno de recuerdos;
y luego, de repente, te besé mientras meabas.
Conozco muchas cosas de tu alma, ¡ya lo creo!,
y las creo en tanto en cuanto, y por más que corra el tiempo,
sigan llenas las macetas del balcón de tu mirada.
Alberto Cancio García
Fotografía: Google
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