Tus ojos son un bálsamo de plata,
tan grises, tan serenos, tan lejanos;
tu frente se desliza entre mis manos,
tan pálida, tan tierna, tan pacata;
tus dientes chirriando una sonata
tan lírica y sutil, tan soberanos;
maúlla esa sonrisa en tonos llanos,
tan pícara y feroz como una gata.
Por ese mapa mudo del deseo
camino entre montañas y llanura
con una sed de ti que me disloca.
Al fondo estás del mundo, allí te veo:
avanzo sin perder la compostura
y llego lentamente hasta tu boca.
Jorge Andreu
23 de enero de 2011
Me ha gustado mucho
ResponderEliminarprecioso
Muy lírico, épico, clásico y otras tantas esdrújulas más. Muy en tu estilo, señor Jorge Andreu, aunque tu poesía vaya siempre indagando nuevas formas. Se enriquece, ciertamente, se proyecta.
ResponderEliminarUn abrazo italianizante :)
Joder, si te metes en él, es un flipazo, tío :S
ResponderEliminarSon los tercetos, arme caso, caniho, los tercetos son un viaje. Matan.
ResponderEliminarYa veo que te gusta jaja. Me alegro:P
ResponderEliminarNahhh, nahhh, sólo los tercetos :P jajajaja!!
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