Denso y con un gran contenido en significado. Precioso y de corte clásico. No sobra ni falta. ¿Hace falta decir que me ha gustado mucho? Así es, querida Alberto. Uf, y qué imagen final más conseguida: la de los rescoldos del fuego. Gracias por el disfrute y un besazo.
El otro día leí algo que me llamó la atención. Decía algo así como que la Poesía en sí misma es más Palabra e Imagen que Idea. Y es cierto, ¿pero de qué material creen que están hechas las ideas?
Eso lo dice Pere Gimferer en una entrevista en el último número de la revista Mercurio. La verdad es que creo en ello. Las ideas para los filósofos: los poetas fabrican con la palabra y hacen de ella una imagen que merece la pena. Si no, no se es poeta.
A eso me refiero. El error está en separar la idea de la palabra, de la imagen. ¿Por qué? En el Mundo sólo existen ambas cosas. Todo el ideario humano se fundamente sobre ellas. Una idea es sólo una interpretación individual de esa palabra y esa imagen. Hacer tan brutal división ha provocado que nos alejemos de la realidad hasta un punto inimaginable: es el germen de la "despersonalización". Es la razón por la que no oímos en nuestra mente los gritos del cerdo cuando degustamos el filete, el motivo por el que no nos sentimos responsables del mundo que nos rodea.
Las ideas no son un universo aparte. Están en el Mundo. Son producto de él. TODOS, somos producto de él. Y hasta que no seamos capaces de asimilar esa premisa seguiremos haciendo el ridículo, por los siglos de los siglos, Amén.
Las ideas son parte de nosotros. Eso es indiscutible. Pero no tienen por qué ser parte del poema. Si un poema tiene una idea como la de un estremecimiento, no se conseguirá que el lector sienta ese estremecimiento si no es por medio de una buena imagen, y esa imagen está fabricada con palabras. A eso me refiero. Las ideas, por supuesto, siguen formando parte del mundo. Y por eso, amigo Cancio, como dices, hacemos el ridículo tantas veces. Quizá porque no estamos a su alcance. Ya ves, Platón tenía algo de razón en todo esto...
En realidad detesto esa dualidad platónica. Pero sí... somos prisioneros de ella. Sería tan genial admirar la belleza del mundo sin necesidad de inventar patrañas...
Denso y con un gran contenido en significado.
ResponderEliminarPrecioso y de corte clásico. No sobra ni falta.
¿Hace falta decir que me ha gustado mucho? Así es, querida Alberto.
Uf, y qué imagen final más conseguida: la de los rescoldos del fuego.
Gracias por el disfrute y un besazo.
El otro día leí algo que me llamó la atención. Decía algo así como que la Poesía en sí misma es más Palabra e Imagen que Idea. Y es cierto, ¿pero de qué material creen que están hechas las ideas?
ResponderEliminarGracias, Isabel. Me alegro mucho de que te guste.
Eso lo dice Pere Gimferer en una entrevista en el último número de la revista Mercurio. La verdad es que creo en ello. Las ideas para los filósofos: los poetas fabrican con la palabra y hacen de ella una imagen que merece la pena. Si no, no se es poeta.
ResponderEliminarEsta imagen merece la pena, Alberto.
A eso me refiero. El error está en separar la idea de la palabra, de la imagen. ¿Por qué? En el Mundo sólo existen ambas cosas. Todo el ideario humano se fundamente sobre ellas. Una idea es sólo una interpretación individual de esa palabra y esa imagen. Hacer tan brutal división ha provocado que nos alejemos de la realidad hasta un punto inimaginable: es el germen de la "despersonalización". Es la razón por la que no oímos en nuestra mente los gritos del cerdo cuando degustamos el filete, el motivo por el que no nos sentimos responsables del mundo que nos rodea.
ResponderEliminarLas ideas no son un universo aparte. Están en el Mundo. Son producto de él. TODOS, somos producto de él. Y hasta que no seamos capaces de asimilar esa premisa seguiremos haciendo el ridículo, por los siglos de los siglos, Amén.
ResponderEliminarGracias por comentar, señor Andreu :)
Las ideas son parte de nosotros. Eso es indiscutible. Pero no tienen por qué ser parte del poema. Si un poema tiene una idea como la de un estremecimiento, no se conseguirá que el lector sienta ese estremecimiento si no es por medio de una buena imagen, y esa imagen está fabricada con palabras. A eso me refiero. Las ideas, por supuesto, siguen formando parte del mundo. Y por eso, amigo Cancio, como dices, hacemos el ridículo tantas veces. Quizá porque no estamos a su alcance. Ya ves, Platón tenía algo de razón en todo esto...
ResponderEliminarAnte eso tengo nada mejor que decir.
ResponderEliminarLeerte es un GRAN placer.
Me encanta provocar placer :)
ResponderEliminarEn realidad detesto esa dualidad platónica. Pero sí... somos prisioneros de ella. Sería tan genial admirar la belleza del mundo sin necesidad de inventar patrañas...
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