viernes, 3 de septiembre de 2010

...y tan contento

Subía a la montaña,
aferrándose a las piedras
y al llegar a lo más alto,
¡mierda!

Cuál sería el recorrido
si cayésemos, cayésemos, cayé-
semos,
y no hubiera duras piedras
que espaciaran el abismo.




Alberto Cancio García

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