domingo, 18 de diciembre de 2011

Un palo de madera, que no rueda,
que no bulle, que contempla
las cenizas de lo que antes fue 
su casa,

se pregunta:
¿Por qué yo no sucumbí?
¿Por qué ahora no soy brasa?
Maderones poderosos
que prendisteis ante mí,
si yo lo resistí, a vosotros...
¿qué os pasa?
 


Alberto Cancio García

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