miércoles, 23 de febrero de 2011

VIAJES E IMPRESIONES. CAPÍTULO QUINTO

Se alza al alba el polvo del camino
por que vamos, mientras rizan silbidos
los pedruscos que salpican el aire
a nuestro paso y se ciñen las sendas
cuando avanzamos, sobre cordilleras,
bosques densos y vértebras de olivo
que abates, y que son color de rueda
bajo el súbito rolar del vehículo.

Me lleva él sobre el limo glutinoso
de aceituna, cuando el Sol, sobre troncos
de árboles desnudos y vestidos,
se despunta, a sí mismo, descargando
vetustas bienvenidas a los altos
primero, las pendientes, poco a poco…,
y luego, nuestra senda, el valle ancho,
prende el cristal de roca en los recodos.

Serpenteamos laderas, se escarpan,
suena un río de ecos: ruge y brama
allá abajo, entre los verdes y airosos
tules del abismo, y, de repente,
de hito en hito brota, por el oeste,
el declive de su vasta cascada
desde el lago añil oscuro, y al frente,
alza el mundo una cresta escalonada:

A altura de buitre, en fiera pendiente
resbala, nívea y rocosa, Zahara.






Alberto Cancio García

6 comentarios:

  1. Me deslumbras con tu estilo clásico y apasionado, Alberto.
    Un placer venir a leerte.
    Besos,

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  2. Otro placer leer que leer es placer.
    Mil besos para ti.

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  3. Eres un maldito genio. Te debo un desayuno, o una cerveza, lo que prefieras por esta maravilla visual y lírica.

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  4. Lo que prefiero acabas de dármelo hace veinte minutos en la puerta de la facultad. El abrazo es otra belleza, visual, y lírica :)

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