martes, 17 de mayo de 2011

NADA

Escribo un poema que no es nada
sino amarte en silencio y evocarlo,
regocijarme en el hecho en sí mismo
de desearte, confidencialmente,
como un niño, pese a tu ausencia.

Llegado a este punto, consciente, sé:
No serás mía. Nunca Jamás.
El viento obedece tu antojo
-lo llevas tú a él en volandas-
y luego, altiva pantera,
tus sienes descansan si quieren
sobre otras ajenas.

Pero ya me
conoces y no,
no haría yo un Mundo de ello, ¿verdad?
pensarlo tan solo y decir:
¿por qué? Si tú ya eres Uno y te tengo...

¡Vale, no ahí afuera! ¡Los vientos son tuyos
y el Mundo es el Mu
ndo! No estás
en mi calle, en mi Noche, ni juntos
trepamos murallas, ni hallamos
historias en las marejadas,
ni erramos, mojados, en busca de truenos
que hieran los mares oscuros...
Vale. No ahí fuera en el Mundo.

Mas, ¿sabes?, aquí en esta cara de folio,
la hoja, el papel, la cuartilla,
yo te digo y te compongo a sangre fría,
te trazo y le doy forma a tus caderas,
y planto –todo tuyo- este color a tus pupilas,
la textura a tu melena, la raz
ón a tu sonrisa,
plagio a plagio, letra a letra;
y así, bien novelada, tan descrita con certeza,
sobrevuelas mis océanos
 como un canto de sirena.




Alberto Cancio García
Fotografía: Marina

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