viernes, 11 de diciembre de 2009

Menuda explosión

Aunque Yo, como , sea incapaz de proyectar mi voz a través del espacio de los que me pronuncian, y aunque sé que, por tanto, nada de lo que Yo diga llegará en realidad hasta ti, tenlo presente, paisano del singular: Yo soy mejor que .
Y no importa que me halle encerrada en un cartel publicitario de cualquiera que sea este tren, porque, encerrada o no, yo siempre seré Yo, mientras que tú no dejarás de ser por más que me señales desde la libreta donde ese viajero acaba de trazarte.
Es bien sencillo, paisano: A mí el Creador me hizo Primera Persona del Singular. A ti, segunda.

Claro que esto no es casual, ¿sabes?, como tampoco lo es que me hayan impreso en un cartel para ser leída por cientos de personas, y que en cambio ese viajero te haya relegado a la sucia hoja de una libreta de poemas vanguardistas
¿A qué persona en su sano juicio, por muy humana que sea, se le ocurriría llevar una camiseta con una “Y” como único dibujo, pudiendo llevarme a mí con tan sólo añadir una “O” perfecta y necesaria? Te lo diré: Sólo a una que, en un contexto tan idílico como un viaje en tren, decide no elegirme a mí como primera palabra de su poema. Sólo a esa.

Aunque..., ¿sabes…? A pesar de su error de novicio, Yo sé que este ser humano no es tonto: ¿No podría esa “Y” solitaria ser la inicial de su propio nombre?
La elaboración poética nunca fue cosa sencilla, como tampoco lo son ninguno de los procedimientos que mis creadores y los tuyos se inventaron para hacerme y hacerte bailar sobre blancas discotecas. Como en La Yenca, Yo creo en el ser humano, que me hizo eminente, insigne y célebre, y sé que, en su bisoño cavilar, este aprendiz de poeta acabará por escogerme a mí en lugar de a ti para iniciar su poema.

Claro que Yo no diría esto, paisano, si no lo hubiera visto recelar de tu mal tacto: Con aire vacilante te mira y te remira, y se pierde un instante en la esmeralda rugiente de la ventana para luego volver a la butaca del vagón y ojearlo todo con pueril curiosidad.
Más de una vez ha estado cerca de alcanzarme con sus sondeos, y estoy seguro de que finalmente dará conmigo y me elegirá.
¡Y, créeme, ! No es nada ni deixis personal. Si lo digo es porque en belleza y exactitud como pronombre salgo ganando ampliamente. También Yo optaría por mis trazos, ¿sabes?
Sólo mira con qué insigne primor me deslizo sobre el papel, sin baches ni barras que hagan rebotar la mano del escribiente. ¿Sucede lo mismo contigo? Ese ridículo palito atravesado y esa tilde en la “u” son propios de quien no conoce el peine.
¡Y mira lo fácil que soy de pronunciar, paisano, que en contextos templados sueno casi como un susurro sin consonantes! Y no como la explosión cercenada que eres . O o , porque además eres tan inespecífico como personas humanas existen, mientras que todo el mundo sabe a quien se refiere cuando me pronuncian a mí.
Y por eso, por mi belleza, suavidad y precisión, porque Yo soy el “yo poético” y el único consciente de sí mismo, el ser humano “Y”, que en su necedad había elegido tu tosca manera de dirigirte a los demás, acaba de esbozar una sonrisa al verme.

Aunque muy despacio, como corresponde a un excelso trovador, procede a la desambiguación de su obra literaria, y con eminente delectación dirige la pluma hacia el pliego de papel donde figuras aun.
Ya… Ya lo hace. Mis trazos son tan livianos… Ahora te tachará a ti, paisa… ¡Demonios! ¡Pero qué veo! ¿Es que me ha escrito a la mitad? ¿Qué significa “Y”…?
¡Ha escrito su nombre! ¡Qué nauseabundamente egocéntrico…!
¡Un momento! ¡Ahora! ¡Ahora me escribe a mí…!
¿“Y yo”? ¿Qué significa “Y yo”?
Me rindo. Maldigo mi buena paciencia. No hay quien entienda a estos nuevos poetas, que además de empezar un poema con “Y yo”, no tachan el “” que escribieron y descartaron al principio...
Tú y yo". Menuda explosión malcarada.

_ Próxima parada: Teruel.

4 comentarios:

  1. ¡¡Jajajaja!! Soy consciente de mi belleza terriblemente femenina... XD

    Disculpas a todos por el retraso en mi publicación, pero, como a mi amigo Gustavo le ocurriera en su tiempo, algo indeseable quemó el relato que primorosamente había ya redactado poco antes del Martes, y tuve que reescribirlo confiando en mi memoria. Espero, sepan perdonar este descuido. Un Abrazo

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  2. De nuevo me vuelvo a quitar el sombrero. Cómo hubiese sido este texto si la desgracia no hubiera llegado a tus carpetas de borradores. Pero, pese a que se quemasen tus letras, aun de memoria ha quedado genial. Te comprendo tan bien...

    Un abrazo!

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