miércoles, 16 de diciembre de 2009

¡Sumopo!

Era una mañana cualquiera en la que yo cogía mi tren de siempre, a la hora de siempre. No debería haber pasado nada. Bueno, pasar, lo que es pasar... Tampoco es que pasara. Ahora, imaginarme sí que me imagine...


El caso es que al entrar en el vagón vi sentado a alguien que jamás había visto antes. Tenía un cierto parecido a un personaje de un videojuego de terror, por lo que reparé en él. Me quedé un rato mirando, mientras disimulaba para no violentarle. Entonces, no sé si producto del sueño, de mis horas de juego, del azar o de una mezcla de todo, vi como todo el mundo se convertía en una especie de zombie extraño que lo único que hacía era gritar "¡Sumopo!".


Poco a poco todos se levantaron de sus respectivos asientos y se dirigieron hacia mi sitio. Yo, asustado, intenté abrir la puerta del tren, cosa que resultó inútil debido a que estaba en marcha. Cuando llegó a mi parada bajé de un salto y corrí todo lo que pude. Lo peor de todo fue comprobar que en la calle todos gritaban al son la misma palabra: ¡Sumopo!.

Aquello era una tortura, pude llegar a ver a conocidos gritando la palabrita y con la cara blanca, acercándose a la pared y chocándose con ella. Eran autómatas, parecían no tener vida. Parecían seres estúpidos e inútiles que podían ser engañados de cualquier manera. Eso pensaba, pero al final fue todo lo contrario.

¿Sumopo? ¿Qué significa sumopo? Empecé a darle vueltas al asunto y no conseguía adivinar nada. Entonces, cuando la desesperación se apoderó de mis energías, caí bruscamente al suelo, haciendo un tremendo ruido que llamó la atención de todos aquellos seres babosos. En este instante fue cuando entendí todo aquello y, mientras intentaba levantarme, gritaba en voz alta: ¡Sumopo!.

6 comentarios:

  1. Dios cómo se te ha ido!!! Sumopo!!! xD

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  2. Se te va mucho la cabeza en los relatos..., no como a mí... ¡¡Jajajaja!! XD

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  3. Que guay, gracias por pasarme este enlace Abraham. Ahora en mis ratitos libres (si es que eso existe) me dedicaré a hurgar en los blogs de vosotros tres y leer vuestras intimidades plasmadas en relatos, como buena cotilla que soy, ¡no sabes lo que has hecho! Jaja, un besito!!

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  4. Yo estaré encantado de recibirte entre nuestras líneas y versos. Seguro que Alberto también :)
    Un beso.

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  5. Está bien..., diré lo evidente... : ¡¡Me encanta que Inés escudriñe nuestras vidas!! ¡¡Jajajaja!!
    Un gran saludo :)

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