lunes, 9 de enero de 2012

En él la tesitura
compacta de un bastión,
que ve desde la altura
si vengo a ella o no.

En ella la amargura
de hacer, de uno, dos
y ver que a su cintura
apenas llego yo.

Y yo, so la espesura,
cual burdo salteador,
contemplo la ternura
que habita el torreón.


Alberto Cancio García

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