Empezó como un relámpago.
De pronto, se gustaron.
Y bailaron.
La Luna se caía de pasión,
curiosidad, por esta vida.
Se fueron conociendo.
A él no le costó ser vanidoso,
ya lo era, y a ella la embriagó
tanta demencia.
Vestida de ceñidas avenencias
se exhibió, y de flores la contempla
en su terreno, pobre mema,
toca fondo en su atracción
y la embelesa,
poco a poco y que no note
la estrategia,
porque llega el sólo turno de echar suerte,
a ver si se la tira
y a otra nueva.
Alberto Cancio García
ohh
ResponderEliminarNo te sorprendas, mujer. Es el canto del chufla. Suena en casi todas las calles con bares del mundo :P
ResponderEliminarno he puesto que significa ese oh :)
ResponderEliminar¡¡Jajajaja!! ¿Qué significa?
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