miércoles, 28 de abril de 2010

Víctimas

Las víctimas de un lunes sin reposo
no saben ejercer su obligación,
ni quieren despedirse del colchón
por culpa de un salario caprichoso.

Las ruinas de un pasado indecoroso
no silban esta idéntica canción
que va en pos de la flecha, al corazón
de un viaje sin retorno. Deleitoso

sonido cruel de mil adinerados
que cambian a la gente por mercados
y pesan en la mesa su dinero.

Qué pobres gentes, dignas de alabanza,
que cargan en su espalda la esperanza.
¡Ay, honrado albañil, cuánto te quiero!


Jorge Andreu
Para el trabajador honrado que gana su vida cargando peso.

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