de matarme, ¡sábelo!, que ahora dormirás
pensando en mí y en mi desgracia,
me amarás, me desearás, regalarás
mis cuatro oídos con palabras, agasajos,
y al instante, mientras tanto,
yo andaré mirando fotos
de otro amante —que también es "mi mejor"—,
y tocándome la pinga vendrá el sueño,
diluyendo la idiotez hasta mañana, mi amor.
Alberto Cancio García
curioso... me gusta
ResponderEliminarme alegro :)
ResponderEliminar