martes, 17 de julio de 2012

ESENCIALIDAD

Yo también me he preguntado
a qué sabe la espuma
cuando ya no queda agua.


Me dije: La pasta. Es la pasta.
Y reí.


Mordí la cáscara de plátano.
Lavé mis dientes otra vez.
Sudé sin hacer nada.


Y luego...


Barrí, y estaba limpio.
Rasqué donde no pica,
ni picaba... ¿en los dientes?
¡Au! ¡Ay! ¡Au! ¡Ay-au!


...e insistí al hombre del bar: 
Agua natural. 
Da igual si está caliente.


Y quemaba. ¡Quemaba!


Eché a volar a veces, yo también:
Miré sin ver sobre el reloj,
dijo ella: la cuchara,
y yo traje un tenedor...
Llegué tarde al examen
y luego desperté, sobresaltado,


y sólo eran las dos.


También dije "yo odio" sin sentirlo,
lo mismo que "te quiero" (un poco menos),
y luego me reí por compromiso.


Tardé en llamar a Pepe sin quererlo,
ahogado en el estudio...
                ...inútil de mi ombligo,
y alguna vez leí, leí, y dormí,
diez noches en la misma paginita,
ido.

Qué gracia cuando dicen:
recoge "lo esencial" en tu poesía.
Y miras al espejo,
y surge la esencial algarabía.










Alberto Cancio García, 
que está guapo todo el día.

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