miércoles, 7 de marzo de 2012

Ah!

Tomar la rosa recién cortada,
blandir al azar el tallo, sin verlo.
Palpar la fruición que condensa tu alma
a la altura del cuello... antes incluso 
de ahondar el ardor
que traza 
rojo en la mano 
el reguero.

Es en esencia el amor.
Es la tragedia que prende su seno.



Alberto Cancio García
  


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